miércoles, 12 de diciembre de 2012

I.-
Dirás que estoy loco, pero de ti mismo lo han dicho tanto que sabrás comprenderme, pues tal vez esa sea una perspectiva más amplia desde la cual la vida cobra un más valioso sentido. Nadie puede realmente hacer encajar su cordura dentro de listado alguno de parámetros tomados por canon sagrado y respetabilísimo sobre lo que niegue el concepto de “loco”, así que te dejo este pequeño primer acercamiento para que sepas quién soy y porqué te he elegido a ti para que seas mi escribano. Heme en las afueras del planeta que llaman “tierra” cuyo nombre verdadero sería en lenguaje universal “Urianta”. Yo sé, tanto se ha hablado del libro de “Urantia” que parecerá un severo error, y aun así, nada hay más próximo ahora a este que un suceso fotónico que desarticule las nociones y las naciones de manera tal y así y asá yo estando aquí que les resulta un allá, en cuanto que saber que en el plano sutil del espíritu no hay distancias sino mera inmediatez y absolutez (como dijera ese poeta que tú eres). Así que, valga la expresión, fonética y fotónicamente hablando, ambas serían correctas pues la mutabilidad del todo nos invita a la permisibilidad de lo absoluto, que si en ello te consideras morador sabrás ya que nada es inmutable más allá de los entendidos generales de un determinado momentum.


Hasta aquí será que lleguen los “normales” pues sórdido e irrisorio ha sido este primer párrafo para sus cándidas mercedes, así que ya devuelta la paja al pajar te diré algo que nadie en tu planeta sabe y que ahora deberán saber: Hablando de lo absoluto, todo pensamiento lo es de manera tal que sostiene el total de las razones y los principios, jamás viceversa. Esto puede parecerse a esa doctrina puesta en boga hace algunos años por autores y sofistas de profundidad proba, pero hay algo que aún debe saberse a ese respecto, y eso es que el pensamiento más puro, desprovisto de emociones y alusiones es el vehículo mediante el cual ustedes se conducen por todos los planos dimensionales, incluyendo el hermoso pero limitante mundo suyo. El pensamiento es, concretemos, un vehículo que no un pasajero. Pero ve y comprende a tu propio antojo, pues aquí ha de ser dicho que para conducir vehículos se requiere destreza, pulcritud y sentido de dirección y justo es esto lo que tu raza humana se resiste a toda costa tomar en consideración, habiendo optado el camino del caos y la infamia revistiendo su capacidad cognitiva de toda suerte de allanamientos y torpezas paradigmáticas que extravían, deterioran y ofenden la conducta humana. Imagina que cada conductor de automóviles se comportara como una errática mosca por todo lo transitable y hasta lo intransitable de manera que absolutamente nada importara, ahora imagina que lo hicieran todos a la vez. Tienes una imagen insoportable e imposible de concebir. Pues bien, eso explica el estado actual de tu mundo si quieres ponerte un poco deliberante.


Es el pensamiento una sustancia muy poderosa y a la vez necesaria que sostiene gran parte de todo lo que existe (no hablaremos ahora de lo demás que también sostiene y no supongas, que lo haces mal), así que si quieres adentrarte a una nueva humanidad donde el tránsito por las ideas y parabienes comunes sea una vía libre y perfecta, habrás de mirar hacia adentro y sacar la basura, olvidar todas esas premisas que te conformaron y adoctrinaron desde tiempo inmemorial y sacar a relucir tu capacidad de asombro para prepararte ante un panorama que asombrosamente está muy cerca y del cual muchos de tus congéneres podrán dar fe, pues será el pensamiento esa sustancia que determine la aventura del nuevo mundo que a ustedes se abrirá.
Me llamo Ovendo, soy un espíritu viajero del universo y vivo por ahora en el satélite natural de la Austrasia, un sistema invisible para tus ojos pero que se encuentra muy próximo a tu cuadrante espacial. He estado en casi todos los rincones visibles por sus lentes más sofisticados y he recabado y aprendido muchas y muy diversas lecciones que quiero compartir contigo y los que deseen leerte. Así nos conoceremos más en lo mutuo y sabrán que no están solos, pero que muy fuera del concepto de nave voladora, yo voy con el pensamiento y viaja mi ser entero todas esas comarcas que por distantes muy distintas. Aquí te estaré diciendo cuanto quieras saber o yo estar dispuesto a aportarte. Han sido años de espera para que esto suceda, pues como bien sabes ya habías tenido atisbos de querer escribir un extrañísimo documento con este nombre sin tener muy claro el porqué. Así que bien, este es mi diario. Nuestro diario.